Dada su ubicación remota en el norte de Europa, Suecia siempre ha sido autosuficiente y ha tenido una gran capacidad de independencia. Además, nuestro clima extremo afecta a las decisiones que tomamos, especialmente a la hora de resolver problemas y en lo que a creatividad se refiere. Sabemos cómo aprovechar al máximo nuestros recursos con mínimas consecuencias, así como qué árboles utilizar como suministro y cuáles dejar para más adelante. También sabemos que el medio más sencillo para solucionar un problema es el mejor.
Somos analíticos y no nos embarcamos en un proyecto sin la planificación y la preparación necesarias. Algunas personas de otras nacionalidades podrían decir que nos tomamos mucho tiempo para tomar decisiones, pero, precisamente, eso forma parte de nuestra naturaleza analítica. Además, garantiza que el resultado final sea mucho mejor al ponerlo en práctica que si nos apresuráramos en nuestras decisiones y optáramos por el camino fácil.
Nuestras soluciones se suelen centrar en la gente, de modo que el usuario es lo primero. Nuestros planteamientos y nuestros diseños son holísticos y otorgan la máxima importancia a la funcionalidad. Así pues, nuestro legado de diseño se caracteriza por un minimalismo sencillo y funcional, y un uso sabio de los materiales naturales. ¿Por qué íbamos a importar algo cuando podemos fabricarlo nosotros mismos con los recursos que tenemos a nuestro alcance?
No obstante, no somos contrarios a experimentar, revisar y explorar más allá de nuestras fronteras. Siempre hemos sacado el máximo partido de nuestras aventuras. De hecho, se nos da bastante bien adquirir nuevos conocimientos, técnicas y materiales de otros países y aplicarlos a nuestra actividad. Por eso, nos encontramos hoy en una posición líder en sectores como la tecnología (tanto digital como de hardware), la medicina y el diseño industrial de vanguardia. Se trata de una combinación de nuestra lógica y capacidad resolutiva tradicionales aplicada a nuevas disciplinas.