Desde el 22 de marzo de 1852
Hästens comenzó como talabartería. En aquella época, los maestros talabarteros también eran tapiceros, dedicados con orgullo a fabricar a mano artículos ecuestres y camas con crin de cola de caballo. Nuestro legado —el caballo, la crin de cola de caballo, la confección a medida y la artesanía— está presente en cada uno de los detalles de Hästens y sus camas.
Con el tiempo, a medida que la proliferación de automóviles redujo la demanda de artículos de talabartería, la familia se centró cada vez más en la elaboración de camas. En poco tiempo, Hästens se especializó en fabricar las camas más cómodas jamás creadas, y nuestros conocimientos y nuestra maestría en este complejo oficio alcanzaron cotas sin precedentes.
Desde que fabricáramos nuestra primera cama, los materiales naturales siempre han desempeñado un papel fundamental. En 1852, el algodón, la crin de cola de caballo, la lana y el lino eran materiales superiores a los demás y, sorprendentemente, sigue siendo así a día de hoy. Ahora, como entonces, la mejor manera de fabricar artículos con estos materiales es con las propias manos. Esta tradición artesanal dota a nuestros artífices unos conocimientos y una maestría profundamente arraigados tanto sobre su oficio como sobre los materiales naturales, tan importantes para su consolidación.
Impregnar todo lo que hacemos de nuestro espíritu de excelencia sigue siendo un principio fundamental que sustenta el trabajo de nuestros maestros artesanos. Para ellos, no existe otra manera ni otra metodología de trabajo.